Contienda discursiva entre multilateralismo y nacionalismo entorno a la paz global, el cambio climático y la pandemia: Los discursos de Trump, Bolsonaro, Jinping y Putin en la ONU
Discursive contest between multilateralism and nationalism around global peace, climate change and the pandemic: The speeches of Trump, Bolsonaro, Jinping and Putin at the UN
Disputa discursiva entre multilateralismo e nacionalismo em torno da paz global, das mudanças climáticas e da pandemia: os discursos de Trump, Bolsonaro, Jinping e Putin na ONU
e-ISSN: 1605 -4806
VOL 25 N° 112 septiembre - diciembre 2021 Monográfico pp. 132-152
Recibido 01-10-2021 Aprobado 28-12-2021
https://doi.org/10.26807/rp.v25i112.1848
Argenis Cunha-Mata
Ecuador
FLACSO Ecuador
argeniscunha@gmail.com
Andrea del Carmen Mila Maldonado
España
Universidade de Santiago de Compostela
andrea.mila.maldonado@gmail.com
Juan Mila
España
Universidade de Santiago de Compostela
arturomila2@gmail.com
Resumen
El presente artículo tiene como objetivo, a partir de criterios teóricos del nacionalismo y el multilateralismo, analizar las construcciones discursivas (en perspectiva comparada) de los líderes de Estados Unidos, Brasil, Rusia y China en la 75ª sesión de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, en torno al brote epidémico de SARS-COV-2. Se parte del Análisis de Discurso, que aborda el lenguaje como elemento de persuasión y transmisión de preceptos ideológicos y mensajes, a través del cual se analizaron 1017 palabras del discurso de Donald Trump, 2055 de Xi Jinping, 1967 de Vladimir Putin y 2548 de Jair Bolsonaro en una matriz de codificación de acuerdo a los postulados de Bajtín (2011) (estilo, contenido temático y sub-temático) y Van Dijk (2005) (contexto, ideología, acción y poder). Los resultados demuestran que existe una división en dos bandos en el torno a la pandemia. Por un lado, Trump y Bolsonaro se escudan en un discurso populista para señalar a enemigos externos entorno a la situación sanitaria, por otro lado, Jinping y Putin insisten en la necesidad de cooperar y trabajar en conjunto para superar dicha situación. Sin embargo, al profundizar el análisis centrado en la autopercepción se evidencian grandes diferencias: Trump se presenta como defensor de la paz a través de la fuerza, invita a adoptar el nacionalismo y responsabiliza a China del alcance del virus; Jinping defiende el multilateralismo y el modelo de desarrollo pacífico de China, a la par que rechaza el unilateralismo; Bolsonaro se presenta como responsable de la seguridad alimentaria de 1/6 de la población mundial y aunque defiende el multilateralismo, pide que se respete su soberanía sobre la Amazonía brasileña; y Putin recalca la necesidad de nuevos enfoques de multilateralismo y cooperación para lograr nuevas formas de desarrollo e integración.
Palabras-clave: Donald Trump, Xi Jinping, Jair Bolsonaro, Vladimir Putin, Naciones Unidas, nacionalismo, multilateralismo, Covid-19.
Abstract
The objective of this article, based on theoretical criteria of nationalism and multilateralism, is to analyze the discursive constructions (in comparative perspective) of the leaders of the United States, Brazil, Russia and China in the 75th session of the General Assembly of the Organization of the United Nations, around the epidemic outbreak of SARS-COV-2. It is part of the Discourse Analysis, which addresses language as an element of persuasion and transmission of ideological precepts and messages, through which 1017 words of Donald Trump’s speech, 2055 of Xi Jinping, 1967 of Vladimir Putin and 2548 of Jair were analyzed. Bolsonaro in a coding matrix according to the postulates of Bakhtin (2011) (style, thematic and sub-thematic content) and Van Dijk (2005) (context, ideology, action and power). The results show that there is a division into two sides around the pandemic. On the one hand, Trump and Bolsonaro hide behind a populist discourse to point out external enemies around the health situation, on the other hand, Jinping and Putin insist on the need to cooperate and work together to overcome this situation. However, when deepening the analysis focused on self-perception, great differences are evident: Trump presents himself as a defender of peace through force, invites the adoption of nationalism and blames China for the scope of the virus; Jinping defends multilateralism and China’s peaceful development model, while he rejects unilateralism; Bolsonaro presents himself as responsible for the food security of 1/6 of the world’s population and although he defends multilateralism, he asks that his sovereignty over the Brazilian Amazon be respected; and Putin stresses the need for new approaches to multilateralism and cooperation to achieve new forms of development and integration.
Keywords: Donald Trump, Xi Jinping, Jair Bolsonaro, Vladimir Putin, United Nations, nationalism, multilateralism, Covid-19.
Resumo
O objetivo deste artigo, com base em critérios teóricos do nacionalismo e do multilateralismo, é analisar as construções discursivas (em perspectiva comparada) dos líderes dos Estados Unidos, Brasil, Rússia e China na 75ª sessão da Assembleia Geral da Organização das Nações Unidas, em torno do surto epidêmico de SARS-COV-2. Faz parte da Análise do Discurso, que aborda a linguagem como elemento de persuasão e transmissão de preceitos e mensagens ideológicas, por meio da qual foram analisadas 1017 palavras do discurso de Donald Trump, 2055 de Xi Jinping, 1967 de Vladimir Putin e 2548 de Jair. em uma matriz de codificação segundo os postulados de Bakhtin (2011) (estilo, conteúdo temático e subtemático) e Van Dijk (2005) (contexto, ideologia, ação e poder). Os resultados mostram que há uma divisão em dois lados em torno da pandemia. Por um lado, Trump e Bolsonaro se escondem atrás de um discurso populista para apontar inimigos externos em torno da situação da saúde, por outro lado, Jinping e Putin insistem na necessidade de cooperar e trabalhar juntos para superar essa situação. No entanto, ao aprofundar a análise focada na autopercepção, grandes diferenças ficam evidentes: Trump se apresenta como defensor da paz pela força, convida à adoção do nacionalismo e culpa a China pela abrangência do vírus; Jinping defende o multilateralismo e o modelo de desenvolvimento pacífico da China, rejeitando o unilateralismo; Bolsonaro se apresenta como responsável pela segurança alimentar de 1/6 da população mundial e embora defenda o multilateralismo, pede que seja respeitada sua soberania sobre a Amazônia brasileira; e Putin enfatiza a necessidade de novas abordagens ao multilateralismo e cooperação para alcançar novas formas de desenvolvimento e integração.
Palavras-chave: Donald Trump, Xi Jinping, Jair Bolsonaro, Vladimir Putin, Nações Unidas, nacionalismo, multilateralismo, Covid-19.
Introducción
La 75ª sesión de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas celebrada del 22 al 29 de septiembre de 2020 en Nueva York, experimentó una situación sin precedentes: participación presencial solo del presidente Volkan Vozkir y el Secretario General Antonio Gutiérres –junto a un representante diplomático de cada Estado miembro–; la intervención de manera virtual de los jefes de Estado a través de mensajes pregrabados; y la ausencia de las ya habituales numerosas delegaciones. La situación sanitaria global generada por el virus SARS-COV-21 no solo obligó a los líderes a participar de forma telemática en la sesión, sino que también hegemonizó los discursos como tema y eje central de un espacio generalmente dispuesto para socializar los principales issues de las agendas internacionales y domésticas de los gobiernos.
El 3 de abril de 2020 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 74/270 titulada Solidaridad mundial para luchar contra la enfermedad por coronavirus de 2019 (COVID-19), en la que “reafirma su adhesión a la cooperación internacional y al multilateralismo (…) en la respuesta mundial a la pandemia de la enfermedad por coronavirus de 2019…” a la vez que “Pide que se intensifique la cooperación internacional para contener, mitigar y derrotar la pandemia (…)”2 (ONU, 2020b, p. 2). También el Secretario General manifestó el fracaso del populismo y el nacionalismo destacando la importancia de la solidaridad, de una mejor gobernanza global y mayor cooperación internacional guiada por la ciencia, e instó a renovar el compromiso hacia el multilateralismo (ONU, 2020a). La terminología cobra importancia tanto en la Resolución como en las palabras de Gutiérres por dos cuestiones: en primer lugar, la pandemia como amenaza a la salud y seguridad global y, en segundo lugar, la búsqueda de la colaboración de todas las partes, la necesidad de una ‘respuesta mundial’ y la promoción del multilateralismo.
Tales medidas globales resultan paradójicas a la luz de las respuestas aisladas de los Estados que, en el marco de la pandemia han estado más vinculadas al proteccionismo con acciones nacionalistas centralizadas en el Estado como garante de la salud y estabilidad. De dicha paradoja no escapan las grandes potencias cuyas diferencias y posiciones opuestas continúan in crescendo. Dado este nuevo contexto, el foco de interés se ubica en conocer las principales construcciones discursivas –en perspectiva comparada– de los líderes de Estados Unidos, Brasil, Rusia y China como países potencia y guías mundiales, de cuyos lineamientos dependen en gran medida las decisiones de otros líderes y las percepciones de la opinión pública.
Marco teórico
El multilateralismo puede definirse como “la cooperación entre actores estatales, soberanos” (Weck y Marten, 2020, p. 11) que deben ser tres o más (Keohane, 1990) con objetivos de coordinar sus políticas nacionales (Ruggie, 1992) bajo reglas comunes e igualdad de obligaciones. Su acepción también está fuertemente ligada a aspectos geopolíticos y geoestratégicos, sobre todo por su tendencia a ser utilizado para la validación internacional de las acciones de algunos países (Zambrano, 2013).
El multilateralismo está determinado por la negociación, el consenso y la existencia de instancias internacionales de orden político, económico y militar –creadas después de la Segunda Guerra Mundial3– que buscan armonizar decisiones de los Estados y ofrecer respuestas conjuntas ante situaciones de interés común. En las últimas décadas su práctica ha expresado síntomas de una evidente crisis –o debilitamiento– que se muestran en la incapacidad de lograr acuerdos en las temáticas asociadas al cambio climático, disputas de orden comercial, diferencias en diversos aspectos socioambientales y en los problemas de integración regional que parecían superados en espacios como la Unión Europea (UE) o la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) (Rodrigues y Kleiman, 2020).
Con la declaratoria de pandemia mundial del SARS-COV-2 , algunos autores observan una oportunidad para que el multilateralismo cobre fuerza (González F. , 2020), posiblemente desde dos dimensiones: la primera, ‘científico-técnica’ orientada al intercambio de información dentro de los cánones de legalidad y transparencia, liderada por instituciones de salud (como la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud) y contemplando la integración de las agencias internacionales y nacionales (Rodrigues y Kleiman, 2020); y la segunda, dirigida a la ‘recuperación de las economías y sociedades’ una vez superada la fase de emergencia de la pandemia, la preparación para futuras contingencias y para retomar temáticas como el cambio climático, la pobreza o migración, que se han visto ‘ensombrecidas’ en la coyuntura de salud actual (Görlich y Stein-Zalai, 2020).
Sin embargo, otros autores afirman todo lo contrario y oscilan hacia la idea de que el SARS-COV-2 ha fomentado nuevas expresiones de nacionalismo (Belaunde, 2020)–; por ejemplo, el llamado ‘nacionalismo de las vacunas’4 (Bollyky y Bown, 2020; Santos, 2020; ONU, 2020c)– o el enfoque de ‘mi nación primero’5 (Lagman, 2021); el uso de las instituciones de organismos multilaterales como ‘campos de batalla’ (Dworkin, 2020); así como una nueva estructura de las relaciones internacionales delineada por la rivalidad China-Estados Unidos (Rudolf, 2020).
Ambas tendencias se recogen bajo el concepto de ‘bifurcación’, que Rodrigues y Kleiman (2020) recuperan desde la biología para explicar los cambios del sistema internacional divididos en ‘dos caminos’: uno, que parte de la perspectiva tradicional de soberanía y de la visión hobbesiana donde “prevalecerán las decisiones nacionales con un mínimo de coordinación y cooperación internacional” (p. 42). Otro, multilateralista bajo el “paradigma grociano/kantiano en que la cooperación internacional se convertiría en el principal instrumento de las relaciones internacionales para la convivencia y la toma de decisiones ante riesgos globales como el covid-19 y el cambio climático” (p. 42).
Tanto la visión de soberanía como la multilateralista son válidas. Así, Donald Trump y Xi Jinping han dado forma a sus discursos a partir de dicha bifurcación que ahora cobra relevancia en el contexto de pandemia y en el marco del primer discurso telemático de todos los líderes mundiales ante La 75ª sesión de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas.
Contexto del objeto de estudio
Donald Trump
Para efectos específicos del artículo, se toma como contexto a cuatro actores políticos de gran envergadura, en posición de mandatarios de sus respectivos países. El primero de ellos, Donald Trump, es un empresario norteamericano que fungió como presidente de dicho país entre 2017 y 2021. Dicho actor político, aunque representó al partido republicano, fue considerado un líder outsider. Entre los discursos emitidos por este candidato, resaltan aspectos anti-migratorios, xenófobos, conservadores, anti-socialistas y de seguridad y defensa de la nación. Asimismo, Trump destacaba por ser un personaje polémico ligado por años al mundo mediático, por lo que le fue sencillo hacer uso de herramientas como la ‘telenovelización política’ y la espectacularización para captar a las masas, inclusive compuesta por inmigrantes con derecho a votar (Mila-Maldonado, Chavero, & Álvarez-Rodas, 2020). El exmandatario se caracteriza a partir de elementos del populismo de derecha radical, a la par que es conocido por su continua pugna con los medios de comunicación tradicionales de Estados Unidos, por lo que se potenció su uso del twitter como canal de comunicación (Rodríguez-Andrés, 2017).
En el desarrollo de la política actual, especialmente en el caso de los líderes outsiders, se ha evidenciado cierto nivel de personalización en el uso de los canales digitales por parte de los actores políticos, quienes tienen la capacidad de llegar de forma más directa a sus públicos objetivos, donde existe una competencia en “la búsqueda de nuevas audiencias conlleva a que los editores de los medios tradicionales continúen trasladando el ejercicio del periodismo a estas plataformas” (Rúas, Mazaira, & Rodríguez, 2018, pág. 93). Ejemplo claro de ello es el mandatario norteamericano, quien haciendo uso de canales digitales de información como el twitter, se permitió una construcción sólida de su imagen política, así como también confrontar a sus principales adversarios políticos, entre los cuales destacaron grandes medios de comunicación como el New York Times y la cadena CNN (Mila-Maldonado, Chavero, & Álvarez-Rodas, 2020) En este orden:
La controvertida victoria de Donald Trump, asentada sobre la nueva era de la democracia postfactual, contribuye a acentuar los rasgos de la antipolítica y el giro hacia la tecnopolítica y la generación de tecnoemociones, no sólo como uso estratégico de las herramientas digitales para la comunicación y acción colectiva de comunidades virtuales y la organización de cibercampañas como cauce y dique de multitudes y minorías insatisfechas, sino también como construcción de estados de ánimo empoderados y la superación de bloqueos mediáticos (pág. 93).
Desde un punto de vista general, esto ejemplifica el hecho de que las campañas electorales están mutando y los líderes políticos no se muestran tan dependientes y arraigados a sus partidos políticos, sino que, manteniendo una lógica discursiva y de propuestas ligadas a estos, se circunscriben en una forma de hacer política más personalizada (Carazo, 2016).
Jair Bolsonaro
En segundo término, se trae sitúa a Jair Bolsonaro, presidente electo de Brasil, quien asumió el cargo en enero del 2019, en representación del Partido Social Liberal (PSL), con políticas y discursos de ultraderecha. Al igual que Trump, presenta discursos xenófobos, antisocialistas, nacionalistas y conservadores. Es un militar retirado que otorga suma importancia a la seguridad de la nación y fundamenta su campaña política en el cristianismo (Severiano, 2019). En contraste, para Rezende (2018) el populismo de derecha de Bolsonaro se deriva de las políticas antisistema características de varias tipologías de populismo que a su vez poseen un liderazgo fuerte y con demandas populares de diversa índole.
El ascenso de Bolsonaro a la política tiene sus precedentes en la pérdida de popularidad del Partido de los Trabajadores (PT), considerado como uno de los partidos de izquierda con más popularidad –si no el de mayor– en la historia política de Brasil. En este ámbito, influyó significativamente el tratamiento mediático del expresidente Lula Da Silva en la ambivalencia presente en la opinión pública sobre su popularidad, donde existió un poco de margen favorable y un tratamiento predominantemente negativo para el PT (2018). Brevemente, Picaroni (2019) rescata los cambios en los discursos y procesos políticos de los últimos años en Latinoamérica a actores políticos con prácticas políticas neoliberales o de derecha radical como Bolsonaro, Kast o Macri, “al tiempo que el racismo y la xenofobia se vuelven otra vez más explícitos en las interacciones sociales cotidianas en esta parte del mundo” (pág. 137).
En sus tiempos de diputado, Jair Bolsonaro formó parte de la fracción parlamentaria que impulsó políticas antipopulares “como la que pretende suspender el uso del nombre social para travestis y transexuales” (Rudá, 2019, pág. 103), las cuales solo fueron objeto de desaprobación. Este candidato, a la par, mantuvo discursos homofóbicos, machistas, en pro a la tortura, y excluyente hacia ciertos estratos de la sociedad (negros, pueblos originarios, etc.), fundamentados en los valores de la extrema derecha. Así, al ganar la presidencia, mantiene dichos parámetros de la derecha radical, en una victoria polémica e inesperada.
Bolsonaro se posicionó como un líder nacionalista que encaminó una especie de “revolución conservadora” ante la ineludible crisis de partidos brasileros. En tal sentido, “el triunfo de Bolsonaro –a quien sus seguidores llaman «el Mito»–, con 55% de los votos, más de 57 millones, marca un desplazamiento en el denominado «giro a la derecha» latinoamericano” (Stefanoni, 2018, pág. 4), lo que podría suponer un giro inminente hacia la derecha en la región, mermada por el otro extremo radical de la política populista. Cabe acotar que un discurso y una imagen política sólida no se hallan de forma aleatoria, pues captar la atención de las masas y que estas sean capaces de separar sus propias percepciones subjetivas es casi imposible de evidenciar, puesto que siempre existe una inclinación hacia el carácter emotivo, más allá de lo que sea manifiesto en los planes de gobierno de los candidatos. Por tanto, la afinidad juega un papel fundamental en estos casos y el sujeto político hace aprovechamiento de estos hechos para elaborar discursos sólidos y atraer a las masas a votar en favor de sí (Van Dijk T. , 2006). En el caso de estos dos actores, existen semejanzas al enmarcarse en espectros del populismo de derecha radical6, el carisma y su capacidad de captación de las masas como líderes outsider.
Vladimir Putin
En tercer lugar, se incorpora a Vladimir Putin, Primer Ministro ruso entre 1999-2008 y 2012 a la actualidad, lo que lo hace la persona que más tiempo ha ocupado dicho cargo desde la ruptura de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Se parte de la premisa de que “en la historia moderna, Rusia ha sido un actor determinante para las relaciones internacionales”; en tanto, posterior a la disolución de la URSS, se considera que dicha nación “es muestra clara del proceso de recuperación de su papel como potencia global que con sus acciones recientes desafía a Estados Unidos y la Unión Europea”, por lo que la gran influencia de esta nación supone una figura de contrapoder al peso de Norteamérica en esta materia (García, Devia, & Herrera, 2019, pág. 87).
Desde que le liderazgo ruso ha sido asumido por Putin, esta nación ha atravesado un proceso de transformación social que ha implicado la profundización de los valores nacionalistas, y ligados a la seguridad nacional y al valor de los símbolos, los cuales “refuerzan los aspectos históricos, morales y sociales para la construcción de un sentido de solidaridad nacional” (García, Devia, & Herrera, 2019, pág. 87). A través de la presencia de Putin en el poder, se ha evidenciado un revivir del culto al líder en Rusia, así como el rediseño de la fortaleza de la imagen de la ciudadanía rusa tanto a nivel interno como en el exterior. Del mismo modo, se ha retomado parte de la costumbre propagandística propia de la URSS, en tanto para inicios de los 2000 la política interna rusa ha considerado primordial que la ciudadanía “reciba su dosis diaria de información teledirigida y creen que solo bajo este modelo el reinado del presidente será largo y sin problemas” (Sorrosa, 2005, pág. 42), a lo que se sumó el proyecto televisivo Rusia Today, orientado a construir una imagen positiva de Rusia en el exterior y resaltar sus valores.
En un contexto global atravesado por el brote pandémico de Covid-19, Rusia se ha incorporado al juego geopolítico a partir de la creación de la vacuna Sputnik V, que se incorpora a las ya existentes de Pfizer, Aztra Zeneca, Moderna, Sinovac, entre otras. Cabe acotar que la vacuna desarrollada en Rusia fue objeto de polémicas al principio de su difusión, debido a los cuestionamientos de sus protocolos de aprobación (Rainsford, 2020; Maldonado, Montero Farías, Salao, & Haro, 2021); sin embargo, pese a no ser reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), forma parte de la lista de vacunas que se están aplicando en algunos países (OPS, 2021), aunque no figure entre la lista de vacunas permitidas para el ingreso a Europa o Estados Unidos (CDC, 2021). Entonces, estos elementos, junto a la gran competitividad bélica de Rusia en el globo (González A. , 2020), serán objeto de interés del artículo en el ámbito discursivo.
Xi Jinping
En último lugar se añade a Xi Jinping, presidente de la República Popular China, a la ecuación objeto de estudio. Este actor político ejerce la el rol de mandatario desde el 14 de junio del 2013, propiciando una orientación del socialismo con características chinas, que incorpora características de la ideología marxista-leninista y otros postulados propios del pensamiento de Mao Zedong (Elizabeth Economy, 2018). La línea de gobierno de Jinping es interpretada por múltiples especialistas como un ‘Capitalismo de Estado’ con bases socialistas, transformándose en una fuerza contrapuesta a la hegemonía norteamericana en materia de liderazgo e influencia global (Sornoza, Parrales, Sornoza, & Guaranda, 2018). Asimismo:
Está claro que China no siguió ningún modelo existente al pie de la letra, sino que actuó paso a paso, gradualmente y manteniendo los principios socialistas a pesar de que estaba siguiendo el patrón de un mercado abierto. Como el mismo Deng Xiao Ping lo dijo, el proceso fue como el de una persona cruzando un rio sintiendo las rocas en cada paso. Lo que significa, que fue más bien un proceso lleno de experimentación y que no se apegaba estrictamente a lineamientos políticos o económicos; sino más bien, que se forjó un sistema de cambio único que hasta el día de hoy se conoce como Socialismo con características chinas (pág. 528).
En otro orden de ideas, China ha sido objeto de polémica desde el inicio de la pandemia, la cual se originó en Wuhan, una de sus ciudades. Parte del debate negativo que incorpora a esta nación, se ha debido a la cuestionada procedencia del virus –con murciélagos como receptores o transmisores y su origen en un laboratorio como principales matrices de opinión al respecto- (Lozano-Vargas, 2020; Peña-López & Rincón-Orozco, 2020), lo cual ha conllevado a que diversos líderes como Trump –entre otros de tendencia contrapuesta a China- a catalogar al Covid-19 como ‘virus chino’ (Cherkaoui, 2021), objeto de polémica y disputa discursiva. Por tanto, se presenta a Xi Jinping como representante discursivo de China, con la posibilidad de identificar lineamientos contrapuestos a la representación de Trump hacia Estados Unidos, de ese modo otorgando un debate lingüístico e ideológico de interés investigativo para el contexto pandémico que atraviesa el globo.
Diseño metodológico
Para otorgar un aporte la contexto el estudio del liderazgo desde visiones discursivas y de ejes de las Relaciones Internacionales, se parte de un diseño metodológico con énfasis en el análisis cualitativo, en tanto se pretende describir un fenómeno social con base en los elementos e individuos involucrados en la interacción (Hernández-Sampieri, Fernández, & Baptista, 2014). En tal sentido, se emplea el análisis crítico del discurso, principio que permitiría identificar elementos del nacionalismo y del multilateralismo presentes en las construcciones discursivas de los líderes de Estados Unidos, Brasil, China y Rusia en el marco de la representación de sus naciones ante el encuentro anual de la ONU, por motivos de la pandemia celebrados de forma atípica en un espectro predominantemente digital. Enmarcado en un brote epidémico, se espera identificar puntos de encuentro y diferencias entre los liderazgos de estas naciones de gran envergadura, tanto geográfica como en materia de influencia global.
Para ello, se construye de una matriz de análisis que parte de la teoría y del cuadrado ideológico establecido por el autor Van Dijk (2005), desde elementos como el tema, el tono y aspectos más corpóreos del líder. Realizar análisis de discursos (que van desde monólogos hasta conversaciones diversas, e inclusive que acoplan al plano de las interacciones) ha despertado interés en múltiples científicos sociales, a través de cuya concepción buscan deconstruir el uso del lenguaje más allá de la superposición de palabras diversas, sino partiendo de su naturaleza simbólica que incorpora múltiples elementos de interacción entre los individuos implicados en estas composiciones lingüísticas, así como también los objetos (Charaudeau, 2009).
El presente artículo tiene como objetivo general analizar la relación entre construcciones discursivas –en perspectiva comparada– de los líderes de Estados Unidos, Brasil, Rusia y China en la 75ª sesión de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas en el contexto del brote de Covid-19 (o SARS-COV-2, como también se conoce en el ámbito científico), al igual que ejes temáticos como el cambio climático, la paz global o la autopercepción de los líderes, partiendo de los discursos de dichos mandatarios del 22 de septiembre de 2020, alojados en la plataforma de la Biblioteca Audiovisual de la ONU. Mientras tanto, como objetivos específicos destacan identificar las cualidades del multilateralismo y del nacionalismo presentes en los discursos de dichos líderes, así como también establecer criterios de relación entre las posturas de los mandatarios tomando a la pandemia de Covid-19 como variable transversal y otros aspectos de política exterior. Se parte de preceptos del cuadrado ideológico diseñado por Van Dijk (2005) y elementos del análisis discursivo de Batjín (2011).
Resultados
Tabla 1. Cuadrado ideológico de Van Dijk (2005) en modo comparativo aplicado a los discursos
DONALD TRUMP |
XI JINPING |
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Al referirse a los aspectos positivos sobre NOSOTROS: Estados Unidos se presenta como líder en Derechos Humanos, suministrador de respiradores, pionero en vacunas, encargado de cumplir su rol de pacificador mundial. |
Al mencionar a los aspectos negativos sobre ELLOS: China es el mayor contaminante a nivel global y es el origen del virus del Sars-Cov-2 junto con la OMS como su ‘cómplice’ por suministrar información falsa. |
Al referirse a los aspectos positivos sobre NOSOTROS: China se presenta como un constructor de la paz global, un contribuyente al desarrollo global y un defensor del orden internacional, además de defender el multilateralismo y luchar contra el virus |
Al mencionar a los aspectos negativos sobre ELLOS: Hay una referencia implícita a países como EEUU bajo la administración que rechazan el multilateralismo y abogan por el proteccionismo y el unilateralismo. |
Al resaltar los aspectos negativos atenuados de NOSOTROS: Al abogar por la salida del Acuerdo de Paris, a pesar del logro en las reducciones de CO2, EE.UU. sigue siendo el décimo contaminante global y el discurso omite la falta de control en el suministro de respiradores artificiales en diferentes países. |
Respecto a los aspectos positivos atenuados de ELLOS: A pesar de las incongruencias en las declaraciones de la OMS, este organismo ha tomado acciones y directrices con la intención de minimizar los efectos de la pandemia y China también ha donado suministro médico y producido vacunas. |
Al resaltar los aspectos negativos atenuados de NOSOTROS: Al abogar en el discurso por la participación activa en investigar global sobre el rastreo de la fuente del virus China invisibiliza que el primer brote masivo fue en su ciudad de Wuhan, además de omitir en el discurso las denuncias que ha recibido por contaminación. |
Respecto a los aspectos positivos atenuados de ELLOS: China invisibiliza el rol de otros países en la fundación de la ONU, la lucha antifascista, en la defensa de la globalización económica e incluso en desarrollo ‘verde’ al no mencionar a otros países. |
JAIR BOLSONARO |
VLADIMIR PUTIN |
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Al referirse a los aspectos positivos sobre NOSOTROS: Brasil se presenta como responsable de la seguridad alimentaria de 1/6 de la población mundial ocupando el 27% de su territorio para agricultura y ganadería. También se encuentra comprometida en ayudar a los refugiados de la dictadura venezolana. |
Al mencionar a los aspectos negativos sobre ELLOS: Las instituciones internacionales y asociaciones brasileñas explotadoras y antipatrióticas tienen intereses turbios en la extremadamente rica Amazonía brasileña y apoyaron una campaña de desinformación en contra del gobierno brasileño. |
Al referirse a los aspectos positivos sobre NOSOTROS: Rusia se presenta como defensor de nuevos enfoques que revitalicen el multilateralismo al trabajar juntos para lograr nuevos horizontes, posibilidades de desarrollo y nuevas integraciones, sobre todo la euroasiática. |
Al mencionar a los aspectos negativos sobre ELLOS: Hay un reclamo a los países que le han dado la espalda al multilateralismo durante la pandemia y recriminan a EEUU por no dar respuesta a la propuesta sobre el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas. |
Al resaltar los aspectos negativos atenuados de NOSOTROS: Al mencionar la gigantesca bastedad de la selva amazónica brasileña y que los incendios son brotes controlados e inevitables, minimiza el gran impacto ambiental que suponen los mismos. |
Respecto a los aspectos positivos atenuados de ELLOS: A pesar de ‘politizar el virus’ y ‘sembrar pánico’ los medios brasileños provocaron un alarmismo que ayudó concientizar a la población en torno a la gravedad de la situación sanitaria global del virus. |
Al resaltar los aspectos negativos atenuados de NOSOTROS: Aunque se insiste en contribuir en la resolución pacífica de crisis y conflictos regionales, así como la protección de derechos de las personas, invisibiliza los conflictos que ha tenido con Ucrania, Georgia, Belarus o Moldova. |
Respecto a los aspectos positivos atenuados de ELLOS: Rusia invisibiliza el respeto de muchos otros países a los principios de la ONU así como los esfuerzos de otros tantos países en el desarrollo de vacunas y mecanismos para afrontar las consecuencias económicas de la crisis generada por el virus. |
Fuente: Elaboración propia de acuerdo a los postulados de Van Dijk (2005) .
Tabla 2. Matriz comparativa de los discursos de Trump, Jinping, Bolsonaro y Putin (2020)
ANÁLISIS DESCRIPTIVO |
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Pregunta de investigación: ¿Cuáles son las principales construcciones discursivas de líderes como Trump, Jinping, Bolsonaro y Putin en la 75a sesión de la Asamblea General de la ONU en el marco de la pandemia, el medio ambiente y la paz global? |
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Medio: Biblioteca Audiovisual de la ONU |
Vigencia del medio: 7 años (2013) |
Formato: Video online Fecha: 22/09/20 |
Tipo de medio: Biblioteca Audiovisual – ONU |
Discurso A – Donald Trump |
Discurso B – Xi Jinping |
Discurso C – Jair Bolsonaro |
Discurso D – Vladimir Putin |
https://www.unmultimedia.org/avlibrary/asset/2560/2560555/ Duración: 00:10:45 Palabras: 1017 |
https://www.unmultimedia.org/avlibrary/asset/2560/2560603/ Duración: 00:14:39 Palabras: 2055 |
https://www.unmultimedia.org/avlibrary/asset/2560/2560599/ Duración: 00:14:22 Palabras: 1967 |
https://www.unmultimedia.org/avlibrary/asset/2560/2560722/ Duración: 00:18:41 Palabras: 2548 |
ANÁLISIS SEGÚN POSTULADOS DE BAJTÍN (2011) |
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Género discursivo: Secundario Diplomático |
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Estilo |
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Semi formal, populista con referencias a sucesos contemporáneos de su gestión. |
Formal con breves referencias a metáforas sabiduría popular. |
Formal con referencias populistas a enemigos externos y centrado en su autopercepción. |
Formal con varias referencias a la memoria histórica y sin atacar directamente a otros. |
Contenido temático principal |
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Situación internacional ante el ‘virus de China’ y la paz. |
Situación internacional ante el virus del Covid-19 y la paz. |
Situación internacional ante el virus del Covid y la paz |
Situación internacional ante la pandemia y la estabilidad global. |
Contenido sub temático |
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La batalla contra el ‘enemigo invisible’, el liderazgo en DDHH, la ‘prosperidad’ estadounidense, los convenios y alianzas históricas, la lucha por la libertad, la lucha contra el terrorismo, el empleo de enfoques diferentes, la paz a través de la fuerza. |
El desarrollo sostenible, el modelo de desarrollo pacífico y abierto de China, el desarrollo ‘verde’, la cooperación, la defensa del multilateralismo, el rechazo del unilateralismo y el proteccionismo, el futuro post-Covid. |
La politización del virus, la soberanía sobre la Amazonía brasileña, la seguridad alimentaria mundial, Brasil como mayor activo de la humanidad y productor de alimento, la liberalización comercial, la libertad religiosa, la fobia a Cristo. |
La memoria histórica compartida, el Orden Mundial de la Posguerra, la estabilidad global y estratégica, las nuevas iniciativas globales, los problemas internacionales, el trabajo en conjunto, la liberalización del comercio mundial, el armamento nuclear y las nuevas tecnologías. |
ANÁLISIS SEGÚN POSTULADOS DE VAN DIJK (2008) |
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Contexto |
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La declaración de pandemia por parte de la OMS, lo cual ha supuesto la pérdida de vidas a nivel global y reducción del liderazgo estadounidense desde el nacionalismo. |
La declaración de pandemia por parte de la OMS, produjo debilitamiento del multilateralismo en un escenario donde el proteccionismo y el unilateralismo se encuentran en ascenso. |
La declaración de pandemia por parte de la OMS produjo que los medios politizaran el virus y crearan campañas de desinformación que minaron el liderazgo conservador del gobierno de Brasil. |
La declaración de pandemia por parte de la OMS aumentó gravemente el desempleo a escala internacional comprometiendo la estabilidad estratégica global. |
Ideología |
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Realista (RRII). Destaca la búsqueda de la paz a través de la fuerza, abogar por el unilateralismo estado céntrico. |
Liberal (RRII). Destaca la búsqueda de la convivencia pacífica, abogar por la racionalidad, la importancia de la cooperación y de las instituciones. |
Ecléctico entre el Realismo y el Liberalismo (RRII). Los Estados deben valerse por sí mismos pero se defiende la importancia de las instituciones internacionales. |
Liberal (RRII). Destaca la búsqueda de la convivencia pacífica, abogar por la racionalidad, la importancia de la cooperación y de las instituciones |
Acción |
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Llamado a la comunidad internacional a defender el nacionalismo y hacer responsable a China por el virus y el daño al medio ambiente. |
Llamado a la comunidad internacional a defender el multilateralismo y rechazar el unilateralismo. |
Llamado a la comunidad internacional a internacional para proteger la libertad religiosa y luchar contra la fobia a Cristo. |
Llamado a la comunidad internacional a apoyar la propuesta rusa de corredores verdes libres de sanciones y a cumplir los objetivos del Acuerdo de Paris. |
Poder |
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Invitación a que todos los países adopten el nacionalismo y se acojan a la paz americana. |
Invitación a que todos los países adopten el modelo de desarrollo pacífico de China. |
Invitación a que todos los países respeten la soberanía de Brasil sobre la gestión de la Amazonía brasileña. |
Invitación a que todos los países trabajen juntos para lograr nuevas formas de desarrollo e integración. |
Fuente: Elaboración propia según los postulados de Van Dijk (2005) y Bajtín (2011).
Discusión
Tal y como se observa en la Tabla X, el presente análisis busca responder ¿Cuáles son las principales construcciones discursivas de líderes como Trump, Jinping, Bolsonaro y Putin en la 75a sesión de la Asamblea General de la ONU en el marco de la pandemia, el medio ambiente y la paz en el panorama internacional actual?
Para dar respuesta, se inicia el análisis destacando la estructura atípica de la 75ª Sesión de la ONU: la cual comienza con una intervención protocolar del presidente de la Asamblea General –Volkan Vozkir–, seguida por la intervención de los embajadores de los cuatros líderes seleccionados, Brasil, Estados Unidos, China y Rusia. En la tercera sección, los representantes diplomáticos dan paso a los mensajes pregrabados de sus respectivos presidentes. Igualmente, se evidencian cinco escenarios distintos: el primero, común (sede de la ONU); el segundo, sala de recepción diplomática de la Casa Blanca en donde se observa a Donald Trump; el tercero, situado –posiblemente– en Beijing en el que aparece Xi Jinping; el cuarto, escenario presenta a Jair Bolsonaro desde el Palacio presidencial del Planalto en Brasil; y el último, sin pistas visuales sobre su localización muestra a Vladimir Putin.
Por un lado, el discurso de Trump contiene 1017 palabras. Las más importantes fueron: China; mundo; América; paz; Naciones Unidas; Dios. Se presenta un discurso corto y rápido, sin repeticiones de categorías discursivas –característico de su estilo pragmático–. Por otro lado, el discurso de Jinping presenta 2055 palabras, siendo las más relevantes: desarrollo; países; China; Covid-19; global; cooperación. A diferencia del anterior, se muestra un discurso más largo y a un ritmo más lento –algo usual en el mandatario–, con repeticiones frecuentes de categorías discursivas.
Por su parte, el discurso de Bolsonaro consta de 1967 palabras, resaltando como más notables: Brasil; Nuestro/a; Mundo; Naciones; Paz; Compromiso. Este discurso se asemeja al de su homólogo chino en la duración y ritmo, sin embargo, se diferencia del mismo en la escasez de repetición de categorías discursivas –similar al del Trump– pero con un énfasis nacionalista muy marcado en referencia al ‘nosotros’. Mientras que el discurso de Putin muestra un total de 2548 palabras, entre las más significativas se encuentran: ONU; Estados; Mundial; Rusia; Seguridad; Derecho Internacional. A diferencia de los anteriores, este es un discurso considerablemente más largo que el de sus homólogos, a un ritmo oscilante que empieza lento y que se acelera en ocasiones, repitiendo algunas de sus construcciones discursivas.
El mensaje central del discurso de Trump (Discurso A) se encuentra en los logros que ha tenido Estados Unidos en la arena internacional y en la recriminación hacia China por su comportamiento histórico en el panorama mundial. El discurso de Jinping (Discurso B) se enfoca en la posición oficial de la RPC frente a la situación generada por el Covid-19 y la importancia de ‘solucionar’ antes que ‘culpar’, así como los avances que ha logrado China en la comunidad internacional.
Por su parte, Bolsonaro (Discurso C) se centra en Brasil, las reformas económicas y estructurales de su administración, así como la lucha librada en contra de las diferentes campañas de desinformación en torno a la gestión de la pandemia y los incendios forestales. Mientras que Putin (Discurso D) apunta a la importancia del multilateralismo, de la labor de las organizaciones internacionales y el correcto manejo de las tecnologías para mantener la estabilidad estratégica global en la actualidad.
Empleando los postulados de Bajtín (2011) se puede categorizar el género de los cuatros discursos como secundario y de carácter diplomático por emanar de los correspondientes jefes de Estado. Sobre su estilo, el discurso de Putin se caracteriza por ser formal, con referencias a la memoria histórica de la Segunda Guerra y los estragos de la pandemia. Por su parte, el de Jinping mantiene la misma formalidad, con referencias a figuras retóricas como metáforas y símiles propios de la sabiduría popular de China. Mientras que, Bolsonaro, aunque mantiene el estilo formal, emplea referencias populistas dirigidas a enemigos externos, y centrado en su autopercepción. Esto se asemeja al de Trump que, aunque es semiformal, también es populista, pero con referencias a sucesos contemporáneos de su administración.
El contenido temático principal, en los cuatros discursos se centra la situación internacional, pero cada uno con diferentes construcciones discursivas. En el discurso A es está el ‘virus de China’ con subtemas como la batalla contra el ‘enemigo invisible’; la prosperidad estadounidense; los convenios y alianzas históricas; el liderazgo en DDHH; la lucha por la libertad; la lucha contra el terrorismo; el empleo de enfoques diferentes; y la paz a través de la fuerza. En el discurso B el contenido principal es la el virus del Covid-19 y sus subtemas son el rechazo del unilateralismo y al proteccionismo; la defensa del multilateralismo; el desarrollo sostenible; el desarrollo verde; la cooperación; el modelo de desarrollo pacífico y abierto de China o incluso el futuro post-Covid.
En el discurso C el contenido principal es el virus del Covid y la paz y sus subtemas son la politización del virus; la soberanía sobre la Amazonía brasileña; la seguridad alimentaria mundial; Brasil como mayor activo de la humanidad y productor de alimento; la liberalización comercial; la libertad religiosa y Cristo fobia. En el discurso D, el contenido principal es la pandemia y la estabilidad global, con subtemas como la memoria histórica compartida; el Orden Mundial de la Posguerra; la estabilidad global y estratégica; las nuevas iniciativas globales; los problemas internacionales; el trabajo en conjunto; la liberalización del comercio mundial; el armamento nuclear y las nuevas tecnologías.
Si se siguen los postulados de Van Dijk (2006) en el presente análisis, el contexto en el discurso A parte de una declaración de pandemia que ha supuesto la pérdida de vidas a nivel global y del liderazgo estadounidense desde una visión nacionalista; en el discurso B dicho escenario ha debilitado al multilateralismo en un escenario donde el proteccionismo y el unilateralismo se encuentran en ascenso, mientras que el discurso C esta situación produjo que los medios politizaran el virus y crearan campañas de desinformación que minaron el liderazgo conservador del gobierno de Brasil; por su parte, en el discurso D la misma realidad ocasionó un grave aumento del desempleo a escala internacional comprometiendo la estabilidad estratégica global.
En cuanto a la ideología, los discursos de Jinping y de Putin, parten del liberalismo desde las RRII –con algunos rasgos constructivistas– donde destaca la búsqueda de la convivencia pacífica, la racionalidad, así como la importancia de la cooperación, de las instituciones y de los significados colectivos y valores. Por su parte, Trump parte del realismo –RRII– que destaca la búsqueda de la paz a través de la fuerza y aboga por un unilateralismo estado-céntrico. Mientras que Bolsonaro, se encuentra en un terreno medio, un eclecticismo que oscila entre el Realismo y el Liberalismo, en donde los Estados deben valerse por sí mismos, pero se defiende la importancia de las instituciones internacionales, sobre todo en temas económicos y de libre comercio.
Igualmente, la acción del discurso del expresidente de EE.UU. hace un llamado a toda la comunidad internacional a defender el nacionalismo y responsabilizar a China por el virus y el daño al medio ambiente; por su parte, el llamado del presidente chino a defiende el multilateralismo y rechaza el unilateralismo; por otro lado, el llamado del presidente brasileño se enfocó en proteger la libertad religiosa y luchar contra la fobia a Cristo; mientras que, el presidente de Rusia llama a apoyar la propuesta de corredores verdes libres de sanciones y a cumplir los objetivos del Acuerdo de Paris.
Sobre el poder, el discurso de Jinping invita a que todos los países acojan el modelo de desarrollo pacífico y abierto de China; mientras que, el de Putin incita a que todos los países trabajen juntos para lograr nuevas formas de desarrollo e integración; por su parte el de Trump es una invitación a que todos los países adopten el nacionalismo y se acojan a la paz americana; en cambio, el de Bolsonaro insta a que todos los países respeten la soberanía de Brasil sobre la gestión de la Amazonía brasileña.
En cuanto al análisis cualitativo de los discursos, se pudo constatar que existe una suerte de dialogo entre cada uno de los líderes en donde se presentaron distintas construcciones discursivas en torno a una misma situación global. Entre estas se encuentra un denominador común en la apertura del discurso de Trump, Jinping y Putin, quienes plantean alegorías bélicas en alusión a la Segunda Guerra Mundial. El primero celebra el aniversario de la misma y señala que el mundo se encuentra comprometido nuevamente ante ‘una gran lucha global’. El segundo celebra la victoria en la ‘guerra mundial antifascista’. Y el tercero, rinde tributo a la importancia histórica de dicho aniversario. En contraposición, la construcción discursiva de Bolsonaro, se enfoca en la importancia de la verdad para superar desafíos.
Igualmente se encontró una correlación temática en las categorías y construcciones discursivas de cada uno de los locutores en cuatro áreas principales, a saber, el virus y la pandemia; la paz mundial; la autopercepción de sus propios países; y el cambio climático.
En cuanto a la situación sanitaria global, se evidenció una correspondencia discursiva entre Trump y Bolsonaro en torno a la desinformación con tintes de populismo. Por un lado, Trump usa como enemigo externo de su discurso a la República Popular China como origen del virus y, sobre todo, a la Organización Mundial de la Salud, debido a que ‘declararon falsamente’ información referente a los contagios y la transmisión del virus. Una acusación severa, pero en concordancia con su postura de criticar organismos clave del multilateralismo.
Por otro lado, Bolsonaro arremete desde un populismo similar al de Trump, al emplear categorías discursivas como que se ha ‘politizado el virus’ situando como enemigo a los medios brasileños e internacionales, quienes están ‘sembrando el pánico’ y que ‘provocaron el caos social’. Sin embargo, también hay diferencias entre estos dos líderes que se sitúan en un espectro ideológico similar. Mientras que Jair Bolsonaro reconoce la ‘lección importante’ que ‘la pandemia nos enseña’, Donald Trump hace explicitas las tensiones con el país asiático al emplear la categoría del ‘virus de China’.
En la posición ideológica contraria, los líderes Jinping y Putin son más discretos al abordar la situación sanitaria, en donde ambos coinciden en el papel de la OMS. La respuesta de Jinping se centra en el llamado a la responsabilidad conjunta de priorizar vidas y a la solidaridad y reconocimiento del rol crucial de la OMS en la mencionada lucha, instando al rechazo de la politización del tema. También señala la importancia de las vacunas como ‘un bien público mundial’ con prioridad para países en desarrollo y como el virus supone “cambios profundos nunca antes vistos en un siglo” (ONU, 2020b). Igualmente, Putin reconoce que el mundo se encuentra ante un ‘desafío completamente nuevo’ sin embargo, la principal diferencia en su discurso es que la vacuna ‘gratuita’ solo es ofrecida a los funcionarios de la ONU.
Aunque Xi Jinping se muestra optimista ante una futura ‘era post-COVID’ donde la propagación del virus se frenará por el espíritu de responsabilidad y colaboración en la lucha internacional, al compartir técnicas y vacunas, Vladimir Putin se muestra más pesimista al respecto insistiendo en que “llevará mucho, mucho tiempo restaurar la economía mundial”.
En cuanto al cambio climático, Putin invisibiliza su importancia en su agenda al señalar únicamente en su discurso que es algo que debe “seguir siendo el foco de esfuerzos conjuntos” y que hay que trabajar en conjunto para lograr los objetivos del Acuerdo de París. Por otro lado, Jinping, aunque no menciona dicho Acuerdo, hace hincapié en la importancia de la ‘Madre Tierra’ y lograr un ‘desarrollo verde y abierto’ que sea sostenible y ‘bajo en carbono’. Mientras que Bolsonaro plantea ‘tolerancia cero’ ante los ‘brotes de incendios criminales’ así como ‘compromiso y dedicación’ con el medio ambiente, también señala la dificultad de controlar la Amazonía brasileña como un “área más grande que muchos países europeos” y que corresponde a la soberanía de Brasil.
Por su parte, el homólogo norteamericano usa su discurso para atenuar los aspectos negativos de su salida al ‘unilateral’ del Acuerdo Climático de París reiterando las repercusiones ambientales causadas por China como principal emisor mundial de CO2 y solicitando que la ONU se concentre en los ‘problemas reales del mundo’ como la ‘persecución religiosa’ y la ‘limpieza étnica’ de ‘minorías religiosas’–relegando en segundo plano las obligaciones multilaterales no alineadas con su agenda–. Sin embargo, sobre estos ‘problemas reales’, el líder ruso señala que la ONU no debería endurecerse, sino evolucionar de acuerdo con la dinámica del siglo XXI y adaptarse consistentemente a la realidad del mundo moderno.
Sobre la paz mundial se mantiene la correlación ideológica entre Trump y Bolsonaro, en donde el primero defiende la perspectiva realista norteamericana y su ‘destino como pacificador’ y la ‘paz a través de la fuerza’ que se sustenta en el nivel armamentístico que poseen. así como ‘alianzas históricas’ y ‘acuerdos de paz’ ‘grandes’ y ‘revolucionarios’ de su administración. El segundo, igualmente abraza los logros de su homologo empleando la misma categoría de ‘acuerdos de paz’, así como la pax americana al expresar que “la paz no puede disociarse de la seguridad”.
Por su parte, Jinping es más sutil que los homólogos anteriores al mencionar el tema, quien ve a China como ‘constructor de la paz global’ y señala la necesidad de “adoptar la tendencia subyacente del desarrollo de la paz”. Igualmente, las referencias de Putin a la misma también son sutiles, aunque finaliza su discurso deseando ‘paz’, se centra en la construcción discursiva de la ‘estabilidad estratégica global’ que sustenta ante un ‘desafiante entorno actual’ señala la “responsabilidad muy particular por la paz” que ostentan los miembros del Consejo de Seguridad.
Por último, en la autopercepción de sus mandatos resalta el papel que sus respectivos países buscan cumplir en el panorama internacional. En donde cada uno de los lideres impregna sus discursos con tintes nacionalistas que hacen la diferenciación entre ‘nosotros’ y ‘ellos’. En donde Bolsonaro, a pesar de no ser el discurso más largo, tiene la mayor cantidad de referencias en primera persona a ese ‘nosotros’.
Mientras Jinping llama a la normalidad de forma ordenada en la que los países más desarrollados tienen la responsabilidad de ayudar a los menos desarrollados y contribuir con una recuperación global que asegure un desarrollo sostenible, favoreciendo a China como “el país en desarrollo más grande del mundo”; Trump defiende la perspectiva realista norteamericana y su ‘destino como pacificador’ al ostentar a “las fuerzas armadas más poderosas del mundo” y el ‘liderazgo en Derechos Humanos’; por su parte Putin, implícitamente señala su importancia al resalta el rol crucial de las ‘cinco potencias nucleares’ en la seguridad global y su disposición de cooperar internacionalmente; igualmente, Bolsonaro presenta a Brasil como país cristiano y conservador responsable de la seguridad alimentaria de 1/6 de la población mundial y continuas referencias.
Conclusiones
Los resultados previamente desarrollados demuestran que existe una contienda discursiva en la cual se enfrentan diferentes actores en la arena internacional que se asemejan a un dialogo a pesar de ser discursos pregrabados. Una vez diseccionados los diferentes elementos y construcciones discursivas de los cuatros discursos analizados, se pudo establecer las distintas correlaciones entre los mismos. Aquí se destaca una división muy marcada en dos bandos en torno a la situación sanitaria global generada por el Sars-Cov-2. Por un lado, las construcciones de Trump y Bolsonaro a este tenor, muestran una convergencia en cuanto a la necesidad de señalar de forma explícita a su enemigo externo entorno a la situación sanitaria, lo que se enmarca en un populismo de derecha que va más allá de exaltaciones nacionalistas (Casullo, 2019; Charaudeau, 2009; Mudde, 2015).
Por el otro lado, se encuentra Vladimir Putin y Xi Jinping quienes insisten en la necesidad de cooperar y trabajar en conjunto para superar dicha situación. Ambos reconocen el papel crucial que tienen los organismos internacionales y especialmente la Organización Mundial de la Salud. Aunque en líneas generales las construcciones de ambos mandatorios se enmarcan en la misma línea de defensa del multilateralismo ante la situación sanitaria global, la cual hace posible diferenciarlos en dos grupos, también cabe destacar que entre cada uno de los discursos de los líderes existen diferencias marcadas que los diferencia e individualiza entre sí.
Entre estas divergencias en los discursos, se puede señalar como el discurso de Putin vislumbra un futuro pesimista en el que a la economía mundial le costará mucho tiempo en ser restablecida; mientras que Jinping es optimista en vaticinar un venidero panorama post-covid enmarcado en la colaboración internacional. Otro de los contrastes en que se evidencian posturas disimiles sobre este tema se encuentra en las categorías discursivas empleadas por Trump al señalar los aspectos negativos que trajo consigo el virus; por su parte, Bolsonaro insiste en mantener una posición más comedida sobre sus enseñanzas.
Estos cuatro discursos analizados pueden presentar similitudes ideológicas correspondientes al nacionalismo –Bolsonaro y Trump– y al multilateralismo –Jinping y Putin– si se analiza sólo de forma general a la pandemia como tema central. No obstante, si también se toman en cuenta otras correlaciones discursivas y ejes temáticos como la percepción entorno a la paz global, problemáticas como el cambio climático, así como la misma autopercepción de los líderes y sus países en sus discursos, se puede evidenciar que el alineamiento entre los mismos cambia.
En una posición aislada Trump presenta a los Estado Unidos –de su administración– como defensor de la paz a través de la fuerza e invita a adoptar el nacionalismo que defiende a ultranza y llama a responsabilizar a China de la propagación del SARS-COV-2; Jinping por su parte, defiende el multilateralismo e invita a adoptar el famoso modelo de desarrollo pacífico de China que le permitió crecer y a rechazar el unilateralismo –lo que supone una referencia implícita a Brasil y a EEUU–; Bolsonaro por otro lado, centra su discurso con el rol de Brasil y su administración, al presentarse como responsable de la seguridad alimentaria de 1/6 de la población mundial y, aunque defiende el multilateralismo, pide que se respete su soberanía sobre la Amazonía brasileña; en cuanto a Putin, se evidencia que recalca la necesidad de nuevos enfoques de multilateralismo y cooperación para lograr nuevas formas de desarrollo e integración, especialmente para salvaguardar la estabilidad estratégica global.
Estás divergencias pueden estar influenciadas por los roles de cada país en el escenario internacional. Por un lado, el discurso de Trump como el líder de la mayor potencia bélica y económica puede tomarse licencias especiales para atacar el multilateralismo y a los órganos internacionales que lo integran con pocas consecuencias. Mientras que las potencias emergentes como Brasil, Rusia o China, miembros de los BRICS son más cuidadosas al tomarse ese tipo de libertades discursivas, ya que representan a una ‘formación económica y política’ que a través del orden liberal se están abriendo paso en el sistema internacional, y que cabe recalcar que no solían tener la misma relevancia en la toma de decisiones mundial hasta la llegada del G-20 (Vadell, 2020).
De esta forma, resulta clara la relación entre todas las construcciones discursivas analizadas. En donde el discurso de Trump se escuda en el unilateralismo, sus logros y la pax americana para afianzar su influencia en un escenario multipolar que no puede ser dominado por una sola nación, y como los otros tres líderes –Bolsonaro, Putin y Jinping– con marcadas diferencias ideológicas y de gobierno, parecen estar alineados –discursivamente– a defender el multilateralismo más allá de sus autopercepciones, ya que este ha sido el sistema que las ha permitido emerger como potencias influyentes a escala global.
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1 Declarada oficialmente como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo de 2020
2 Negritas propias.
3 Algunos autores destacan a la Liga de Naciones como una primera experiencia de multilateralismo (Rodrigues y Kleiman, 2020).
4 Se entiende como ‘nacionalismo de las vacunas’ a la priorización de las de las necesidades internas de un país, especialmente de los llamados ‘países ricos’ que compran y acumulan los suministros de vacunas. Esto tiende a retrasar la superación de la pandemia porque solo un pequeño número de países obtendría la mayor parte del suministro y daría cabida a mutaciones del virus en comunidades no vacunadas y desprotegidas por el bajo número de personas inmunizadas frente al total mundial (Lagman, 2021).
5 Traducción libre de los autores.
6 La diferencia sustancial del populismo de izquierda respecto al de derecha es que la base ideológica de este último –excluyente-, va dirigida hacia arriba o tomando como base a ciertos escalafones privilegiados de la sociedad, a diferencia de los discursos y políticas públicas con tendencia social e incluyente que definen al populismo clásico o de izquierda (Casullo, 2019). De antemano, Mudde (2015) propone que existe una delgada línea a la hora de confundir ciertos movimientos emergentes de la derecha radical con el populismo por el mero hecho de presentar cualidades nacionalistas, en tanto se debe partir de un principio cultural concebido como el nativismo, como elemento central de su ideología nacional-populista.