Veinticinco años

de Razón y Palabra

 

Twenty-five years of Reason and Word

 

Vinte e cinco anos de Razão e Palavra

 

e-ISSN: 1605 -4806

VOL 24 N° 111 Mayo - Agosto 2021 Monográfico pp. 5-32

Recibido 15-03-2021 Aprobado 20-08-2021

DOI: https://doi.org/10.26807/rp.v25i111.1863

Jesús Galindo Cáceres

México

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP)

 

 

Resumen

El presente trabajo más que un texto académico contituye un reconocimiento por el 25 aniversario de Razón y Palabra. Con mucho gusto realizamos un corto recorrido por su historia a la vez que se deja planteado los retos para la vida institucional de la Revista.

Palabras clave: Razón y palabra, 25 años, historia

 

 

La primera imagen que me llega en la celebración de los veinticinco años de Razón y Palabra es un recuerdo. Una conversación con Octavio Islas en el puerto de Veracruz sobre los límites y las posibilidades del concepto de comunicación para México y el mundo contemporáneo. Octavio estaba iniciando el proyecto de la revista, la conversación la teníamos en el contexto de un proyecto de postgrado en Comunicología que iba tomando forma en la Universidad Veracruzana. Parecía entonces que había mucho que hacer, que todo estaba por ser dicho, que había que estudiar y pensar mucho, escribir, hablar, conversar. Veinticinco años después todo aquello sigue ahí, vigente, corregido y aumentado, fresco, vigoroso, visionario, enriquecido. Nuestra generación lo toma con calma, el tiempo se acorta y es cada vez más valioso, y por otra parte, todo es más entretenido, más gozoso, más alegre. El tiempo pasa y la vida sigue. Nuevas generaciones con nuevas visiones reciben la estafeta para lo que vendrá.

Quizás ese sea el tema más importante al llegar a veinticinco años con un proyecto, ¿qué sigue? ¿con quién? ¿cuánto de lo pasado seguirá en el camino? Cuando empezamos el proyecto de la revista los mayores estábamos entre los treinta y los cuarenta años. Es decir, no éramos unos jovenazos, estábamos en plena madurez, con un camino andado, teníamos una posición clara ante el campo académico y el mundo. En ese sentido se pudo haber hecho mucho más, pero la vida es complicada, azarosa, discontinua. En contraste está este aniversario, pocas revistas llegan hasta aquí, la mayoría no pasan del primero o el tercer año, estamos hablando de una institución. Ahí es en donde menos cómodo me siento en lo personal, es mucho más emocionante y motivante empezar algo. Pienso que toca a otros continuar, a nosotros quizás sólo nos toca parar. Ambos escenarios se parecen, en ambos no estaremos presentes. ¿Quién nos ha enseñado a ser los viejos en un nuevo proyecto de jóvenes? Complicado. ¿Un proyecto de viejos? Más complicado. ¿Un proyecto de viejos jóvenes? Todavía más complicado.

Veinticinco años. Han pasado tantas cosas, el número de anécdotas es interminable. Tal vez lo que sigue en principio es recapitular, revisar lo acontecido, lo hecho y lo no hecho. Hacer un paro en el camino y armar una crónica, una guía de la memoria, un relato de lo soñado, un apunte de lo imaginado, un recuento frío de lo logrado. No hace falta nada más. ¿Qué estará sucediendo en el año veintiséis? Buena pregunta. Empezamos por el análisis del pasado, o nos lanzamos de nuevo a lo posible hacia el futuro. Quizás ninguna de las dos cosas. Por ahora celebremos, disfrutemos el festejo. La prioridad es la fiesta, después ya veremos.