1. Introducción

El debate sobre la Alfabetización Mediática es amplio y abarca diferentes perspectivas sobre las dinámicas sociales del mundo globalizado. Es válido y necesario reconocer que, a nivel global, la vida cotidiana se ha vuelto híper conectada, lo cual genera tanto impactos positivos como desafíos complejos para los gobiernos, liderazgos globales y la sociedad en general. En este contexto, el creciente debate sobre la importancia de empoderar a las personas para desarrollar pensamiento crítico acerca de los mensajes que reciben y para que puedan diferenciar la validez de dicha información ha incentivado la articulación de acciones dirigidas a la educación mediática (Garro-Rojas, 2020).

Diversos investigadores (Bernabéu, Esteban, Gallego & Rosales, 2011; Potter, 2013; Pérez, 2015) defienden enfoques más amplios y comprensiones sobre aspectos específicos que inciden en la disponibilidad de que las personas sean alfabetizadas mediáticamente. Estos debates se centran en el argumento de que el ejercicio de la ciudadanía está, en diferentes medidas, vinculado a la capacidad de recibir, asimilar, interpretar y consumir información, y que los medios de comunicación juegan un papel central en este proceso. Es decir, la comunicación y la ciudadanía son variables dependientes.

Algunos estudios sobre Alfabetización Mediática y ciudadanía, en general, parecen partir de la premisa de que la ciudadanía es un derecho universal ejercido de forma igualitaria. Potter (2013), por ejemplo, al afirmar que la Alfabetización Mediática debe ser multidimensional y promover el conocimiento crítico, sugiere que, con las herramientas adecuadas, esta competencia podría ser igualmente accesible en diferentes contextos. Por su parte, Wilson, Grizzle, Tuazon, Akyempong & Cheung (2011) argumentan que las competencias de alfabetización mediática deberían incluir el papel de los medios de comunicación en las sociedades democráticas, pero su análisis parece limitado a contextos con políticas educativas e infraestructuras mínimas para el pensamiento crítico.

Aunque reconocen la importancia de las políticas públicas y la corresponsabilidad de los Estados y medios de comunicación en la mitigación de la desinformación, la perspectiva de estos autores carece de una visión más profunda sobre la viabilidad de la alfabetización mediática en territorios donde el derecho a la ciudadanía no está plenamente garantizado.

Dado que el debate sobre Alfabetización Mediática se ha concentrado principalmente en lo que los medios de comunicación, los Estados y los gobiernos democráticos pueden promover (Wilson et al. 2011), esta investigación propone un análisis de cómo desarrollar esta alfabetización en contextos en los que el ejercicio del derecho a la ciudadanía está, en diferentes grados, suspendido. Partiendo de la idea de una “geografía de la exclusión digital” (Pereira, no prelo), donde el espacio territorial influye directamente en la disponibilidad de herramientas para la producción y consumo de información, así como en la calidad de las noticias accesadas, se plantea la pregunta: ¿cómo proteger los derechos comunicacionales e informacionales de las poblaciones migrantes en tales condiciones?

León-Alberca y Cabrera (2024) exploran la relación entre Alfabetización Mediática y ciclos migratorios, analizando ampliamente la representación de los migrantes en los medios y cómo esa cobertura impacta su integración y alimenta la desinformación. Aunque este enfoque es relevante, se definió que este estudio se enfocaría no solo en los elementos que alimentan las narrativas xenofóbicas en los medios, sino en el análisis de las disponibilidades reales de alfabetización mediática en áreas fronterizas, donde la falta de infraestructura y la precariedad de los sistemas comunicacionales tienden a reforzar estrategias de desinformación. Estos territorios suelen estar dominados por conglomerados mediáticos, frecuentemente alineados con el poder público y con intereses políticos locales contrarios a la migración, lo que contribuye a la propagación de noticias falsas y a la inseguridad ciudadana entre los migrantes.

Esta investigación, por lo tanto, realiza un estudio de caso sobre la relación entre el analfabetismo digital1 y la precariedad en el acceso a la información que enfrentan las personas en situación de desplazamiento forzado en la frontera norte de Brasil con Venezuela. Este escenario es representativo del análisis por dos razones principales. Primero, la infraestructura mediática en Roraima se considera un desierto de noticias (Atlas, 2023), caracterizado por la limitación de diversidad en los medios y por la predominancia de portales en línea, lo que facilita la propagación de desinformación sobre temas como la migración. Segundo, a pesar de la presencia de medios digitales, el estado de Roraima tiene baja conectividad y acceso a internet, creando una geografía y una economía de exclusión digital que refuerzan la xenofobia.

Con base en las premisas establecidas, se realizó un diagnóstico preliminar sobre las condiciones que llevan a la precarización de la información para la población migrante en la frontera norte de Brasil, específicamente en el estado de Roraima, utilizando dos estrategias metodológicas principales. Primero, una revisión bibliográfica buscó integrar enfoques de geografía de la exclusión digital, desiertos de noticias y Alfabetización Mediática, entendiendo que estos factores restringen el ejercicio de la ciudadanía en áreas fronterizas. Luego, se desarrolló un estudio de caso con mapeo de datos sobre las condiciones de comunicación en Roraima y la disponibilidad de herramientas de conectividad y acceso a la información para migrantes venezolanos.

Este estudio, por lo tanto, busca ofrecer conocimientos sobre tres aspectos centrales: (i) la importancia de investigar la alfabetización mediática en contextos migratorios; (ii) la necesidad de evaluar los factores que influyen en el analfabetismo mediático y su conexión con la desinformación; y (iii) la relevancia de adoptar una perspectiva interseccional que considere elementos territoriales y de origen al abordar la alfabetización mediática y digital.

2. La geografía de la exclusión digital y sus características

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es responsabilidad de los Estados asegurar que sus ciudadanos y ciudadanas accedan a los derechos básicos designados en la Carta Universal de los Derechos Humanos, y en este documento, la libertad de expresión y el derecho de acceso a la información están garantizados expresamente. Más recientemente, la Resolución 75/267 de la Asamblea General de la ONU reforzó el reconocimiento sobre la necesidad de acceso y uso equitativo de las tecnologías de la información, subrayando, además, la importancia de la Alfabetización Mediática.

[...] Insta a todos los Estados Miembros a desarrollar e implementar políticas, planes de acción y estrategias relacionadas con la promoción de la alfabetización mediática e informacional, y a incrementar la conciencia y la capacidad de prevención y resiliencia frente a la desinformación y la información incorrecta, según corresponda [...] 5. Exhorta a los Estados Miembros a garantizar que sus planes, políticas y estrategias para combatir la desinformación y la información incorrecta estén alineados con los principios de una prensa independiente y pluralista y el derecho a la libertad de expresión y opinión [...] (Naciones Unidas, Resolución 75/267, 2021, p. 3).

El analfabetismo mediático y digital es uno de los aspectos que fomenta la desinformación, ya que dificulta que las personas identifiquen noticias falsas y verifiquen la veracidad de la información que reciben. Las brechas dejadas por la baja inversión en la promoción del ejercicio del derecho a la comunicación digital y mediática evidencian los contrastes en cuanto a desigualdad social y exclusión, ya que las barreras estructurales solo han sido superadas por parte de la población mundial (Pereira, no prelo), mayormente en los territorios de los países desarrollados (GSMA, 2022). Esto refuerza lo que Santos (2004) ya había previsto, en términos de que el universo en línea ha incluido y moldeado las estructuras desiguales de las relaciones de poder, contribuyendo así al agravamiento de las injusticias sociales, políticas y económicas.

Es importante reconocer que existen aspectos estructurales que actúan sobre determinados sujetos en función de sus condiciones de vulnerabilidad territorial. Las plataformas relevantes en el estudio del acceso y uso de internet (GSMA, 2022; Economist Impact, n.d.; Mobile Connectivity Index, n.d.) destacan que estas condiciones están determinadas por i) la infraestructura, que se relaciona con la señal de internet y la disponibilidad de electricidad en un territorio determinado; ii) la alfabetización, que implica el analfabetismo digital; iii) la burocratización del acceso a internet; y iv) la accesibilidad financiera (ya sea por los costos de los planes de internet o por el precio de los dispositivos de conectividad). En realidad, estas condiciones están determinadas por los espacios en los que se encuentran las personas, y, para Pereira (no prelo), esto ocurre porque el espacio se destaca como uno de los factores sociales que ejerce una influencia significativa sobre los individuos (Santos, 1978).

Entre estos aspectos de la superestructura de la geografía de la exclusión digital, se puede destacar la cuestión del analfabetismo digital y mediático como vinculante en relación con las demás categorías. Esto se debe a que, incluso si las demás condiciones no existen y se trata de un territorio con cobertura y uso de internet, las personas no experimentan el proceso comunicacional digital de la misma manera. Los diferentes niveles de comprensión sobre la funcionalidad de las herramientas, así como la disponibilidad de espacios de Alfabetización Mediática y Digital, influyen en esta experiencia. En una investigación realizada por GSMA (2022), se evidenció que las personas se involucran menos con internet si consideran que su información no está segura y/o si su privacidad no está protegida. Y esto está directamente relacionado con la capacidad de inversión gubernamental no solo para cuantificar el acceso, sino para calificarlo.

Es fundamental reconocer el potencial transformador de la comunicación en línea. Cuando se explora de forma activa, esta herramienta puede promover una comprensión más profunda de los valores e ideales de diferentes grupos, contribuyendo a la formación de una sociedad más inclusiva, colaborativa y verdaderamente democrática. Sin embargo, esta no es la realidad actual. De hecho, según Henrique (2021), casi 40 millones de personas en Brasil aún no tienen acceso a internet, lo que equivale a poco más de 500 estadios de Maracaná llenos. Esta falta de acceso evidencia una significativa desigualdad digital que limita la participación de una porción significativa de la población en las conversaciones y decisiones que moldean la sociedad. Así, aunque la sociedad en red tiene el potencial de ser un catalizador para la inclusión y la democratización, la exclusión digital actual representa un serio desafío a enfrentar para que se logren esos beneficios.

El tema de la elaboración y difusión de información desde espacios descentralizados, que no son reconocidos universalmente como agentes informativos, revela otros procesos de exclusión social y digital, además de aquellos directamente relacionados con el acceso a internet y a dispositivos tecnológicos. En este contexto, se observa la marcada presencia de fenómenos perjudiciales para las poblaciones de estos lugares, tales como (i) desinformación, (ii) manipulación de usuarios en redes sociales, (iii) formación de burbujas ideológicas, (iv) polarización social y, en consecuencia, (v) el refuerzo de las disparidades en el ejercicio del poder. Estos elementos convergen en una dinámica compleja que no solo limita el acceso a la información, sino que también moldea actitudes, creencias y percepciones, intensificando así las desigualdades.

El uso de la información como herramienta de control sobre grupos sociales no es una novedad, pero el terreno fértil para acciones discriminatorias parece ser cada vez más evidente. La tecnología, al perfeccionarse, ha buscado un control más riguroso sobre la población, especialmente sobre los grupos subalternizados, ya que estas innovaciones son desarrolladas frecuentemente por grupos dominantes. Milton Santos (1997) ya destacaba la importancia de atender a los "espacios de silencio", particularmente en pequeñas y medianas ciudades, donde la disparidad en el acceso a la información es elevada. Según el autor, la información generada está profundamente influenciada por factores económicos y geográficos; cuanto más alejados de los centros de poder, más difícil es dar visibilidad a narrativas auténticas. Así, es crucial reconocer y abordar las desigualdades en el acceso a la información, ya que estas discrepancias perpetúan la desigualdad social (Santos, 1997). Comprender estas brechas es esencial, ya que en ellas se manifiestan los desafíos que enfrentan las comunidades distantes de los centros de poder. Esto se debe a que

[...] el mundo globalizado, en lugar de proporcionar integración de recursos, territorios e individuos, perpetúa diferencias y desigualdades [...] aunque [...] se perciba la expansión de los medios digitales, la mayoría de las personas no tiene información de calidad sobre lo que ocurre en la ciudad donde vive [...] para el resto del mundo, todo lo que representan esos lugares es silencio e indiferencia (Javorski & Bargas, 2022, pp. 175-176).

3. La relación entre los desiertos de noticias y la geografía de la exclusión digital en Roraima

En este contexto, es imperativo abordar la problemática de los desiertos de noticias, que se refiere a áreas y comunidades con acceso restringido a información confiable (Abernathy, 2016). Esta investigación considera los desiertos de noticias como parte de los vacíos informativos, destacándolos como una vía para la desinformación y el olvido. El enfoque aquí es resaltar el aislamiento de los grupos socialmente excluidos y las consecuencias de dicho aislamiento, especialmente en contextos de crisis. Sin acceso a información básica, estos grupos se ven marginados en relación con la sociedad que los rodea. Estos territorios se caracterizan por la escasez de medios de comunicación tradicionales, lo que resulta en una disponibilidad limitada de noticias sobre eventos locales, cuestiones comunitarias y temas políticos relevantes, en comparación con las regiones centrales.

La identificación y el mapeo de los desiertos de noticias en Brasil son realizados por el Atlas de Noticias. El informe más reciente, publicado en agosto de 2023, reveló que 2,712 municipios brasileños aún carecen de cobertura informativa, afectando aproximadamente a 26.7 millones de personas (Atlas, 2023). Aunque ha habido avances en la reducción de estos desiertos, especialmente debido a los avances digitales y al aumento de la producción de noticias por radios comunitarias, Javorski y Bargas (2020) señalan que la cantidad de información disponible no siempre garantiza el acceso a contenido de calidad. Este problema es particularmente evidente en regiones como el Nordeste y el Norte del país, donde más del 50% de los municipios enfrentan déficits informativos significativos.

Según el Atlas (2023), la región Norte está entre aquellas con el menor número de vehículos de información, tanto en términos absolutos como por habitante. Además, otro aspecto que destaca sobre la realidad informativa de la región es que la mayoría de los medios de comunicación están concentrados en la vía en línea (634), en comparación con la radio (370), la televisión (209) y el medio impreso (117). Es decir, una región con más desigualdad en el acceso a internet (IDEC, 2020) tiene sus principales vehículos de noticias e información difundidos virtualmente.

Según la investigación, el estado de Roraima tiene ocho municipios clasificados como desiertos de noticias, lo que significa que no poseen ningún vehículo de noticias registrado en el Atlas. Hay dos municipios clasificados como casi desiertos, aquellos que solo tienen uno o dos vehículos registrados en el Atlas: los municipios son Rorainópolis y Pacaraima, siendo este último la frontera con Venezuela y la puerta de entrada de la población migrante venezolana al territorio brasileño. Finalmente, el Atlas clasifica como no desiertos a aquellos municipios que tienen al menos un vehículo registrado en la base de datos, superponiendo así los datos registrados en casi desiertos (Atlas, 2023). Considerando esta cuestión metodológica, en este artículo, se opta por destacar solo la capital, Boa Vista, como un no desierto, ya que concentra 39 vehículos de comunicación registrados en la base del Atlas.

No se trata de afirmar que la ausencia de vehículos de comunicación tradicionales sea la única variable explicativa de la condición de difusión de desinformación en este territorio, sino de indicar que es un factor que aumenta la condición de vulnerabilidad informativa de la población que allí reside y se suma a las condiciones de precarización de la vida migrante en esta región fronteriza. A pesar de que existen iniciativas de medios populares, la infraestructura del territorio, así como los costos y la burocracia para acceder a la conectividad, interfieren en la difusión de la educación digital y en los medios de verificación de noticias. Por lo tanto, aunque la esfera en línea ofrezca una vía prometedora para un acceso más equitativo a la información, presenta desafíos significativos para los grupos marginados.

Desde su creación, el entorno virtual ha establecido estructuras de opresión, como la difusión de discursos de odio y memes xenofóbicos, que no solo impregnan el espacio digital, sino que también se trasladan a la realidad, resultando en manifestaciones violentas contra la población migrante en diversas partes del mundo (Méndez-Fierros et al., 2024 citado en León-Alberca y Cabrera, 2024). Además, los espacios afectados por desiertos de noticias y exclusión digital suelen carecer de apoyo a través de políticas públicas. Un estudio reciente de GSMA (2023) analizó las inversiones de los gobiernos latinoamericanos en Fondos de Servicios Universales, cuya finalidad es reducir las brechas en la cobertura de telefonía básica y promover el acceso a internet, especialmente en zonas rurales (GSMA, 2023, p. 16). Sin embargo, el escenario no es el mejor, como por ejemplo el caso brasileño, que revela una preocupación alarmante: la ejecución del Fondo entre 2017 y 2019 fue del 0%, evidenciando la falta de compromiso para reducir las desigualdades en el acceso a la información.

Una de las conclusiones del estudio es que la forma en que se está ejecutando la financiación actual de los Fondos de Servicios Universales tiene impactos negativos, afectando especialmente a los más vulnerables. El acceso a internet debería ser de bajo costo, con la ONU recomendando que no supere el 2% de los ingresos promedio. Sin embargo, cuando esta financiación depende solo de los proveedores de internet, los costos adicionales se trasladan a los usuarios, impactando más a aquellos con ingresos bajos y moderados, ya que estos servicios representan una parte significativa de su ingreso mensual (GSMA, 2023, p. 21). Así, la dualidad de la perspectiva del medio en línea como facilitador y, al mismo tiempo, como generador de desafíos estructurales exige un análisis profundo y la implementación de estrategias efectivas para mitigar las disparidades y garantizar una participación más justa e inclusiva de todos los estratos sociales en este escenario digital en constante evolución.

Ante las reflexiones presentadas, queda claro que la cuestión de los desiertos de noticias y de la exclusión digital trasciende el ámbito económico o territorial, reflejando relaciones interseccionales presentes en la sociedad. Incluso en un escenario de avances tecnológicos, la difusión equitativa de la información sigue siendo un desafío que enfrentar. El panorama de los desiertos de noticias en Brasil, revelado por el Atlas (2023), refuerza la necesidad de comprender mejor las brechas informativas, incluso frente a los nuevos avances digitales e iniciativas de medios en línea. La reducción cuantitativa de los desiertos informativos, aunque representa un avance, no garantiza automáticamente el acceso a información de calidad, especialmente para grupos vulnerables en regiones fronterizas.

4. El analfabetismo digital y mediático como factores de riesgo para la población migrante

Es evidente que el acceso a la información y a la comunicación desempeñan un papel fundamental en el proceso de integración de la población migrante, especialmente en lo que se refiere a garantizar el ejercicio de la ciudadanía. En los casos en que este circuito es limitado o inexistente, se puede afirmar que la población migrante tiene un mayor riesgo de sufrir algún tipo de violación de derechos humanos. Sin embargo, los instrumentos jurídicos de muchos Estados receptores son limitados en cuanto a la concesión formal de la ciudadanía a la población migrante.

En el caso específico del territorio fronterizo brasileño, los riesgos que enfrenta la población migrante venezolana están, en parte, ligados a la precariedad en el acceso a información de calidad. Esto se debe a que la frontera entre ambos países está situada en una localidad considerada un desierto de noticias (Atlas, 2023). Además, este territorio también se caracteriza por la precariedad en la conectividad y el uso de internet. A esto se suman factores reconocidos como incidentes en el riesgo de diseminación de noticias falsas entre la población migrante en distintas regiones fronterizas, tales como: i) precariedad en la alfabetización digital; ii) dificultad de acceso a información confiable producida por medios de comunicación e instituciones de acogida, y iii) altos costos y burocracia en el acceso a la conectividad (Tomasi & Vicari, 2023).

Desde 2016 se ha observado un incremento en la entrada diaria de personas de esta nacionalidad en la frontera del estado de Roraima con Venezuela; la población venezolana llegó a representar el 10% de la población de la ciudad de Boa Vista, capital del estado de Roraima (Costa, Brandão & Oliveira, 2018). La falta de preparación de las instituciones brasileñas, y particularmente de las ciudades fronterizas, hizo que los riesgos de violación de derechos humanos se exacerbaran, favoreciendo una ola de ataques racistas y xenofóbicos contra los migrantes por parte de la población y de gobernantes locales. Se destacan episodios de violencia física por parte de la población de Roraima contra grupos de venezolanos, que ocuparon los titulares nacionales y se originaron en el masivo intercambio en redes sociales de campañas racistas que asociaban a los venezolanos con grupos de crimen organizado (Ramalho, 2019).

Asimismo, en ese momento, el contexto político brasileño era de efervescencia de narrativas de extrema derecha contrarias a la migración, particularmente la de origen venezolano y cubano. Además, la prensa hegemónica —junto con las plataformas de redes sociales— jugó un papel importante en el fomento de esta inestabilidad en la política nacional y en el refuerzo de la narrativa crítica a la política de puertas abiertas del gobierno federal hacia la migración de origen venezolano. Según profesores e investigadores de la Universidad Federal de Roraima (UFRR) (Zuker, 2018), el tema de la migración fue capturado por las demandas de una determinada ideología política y utilizado como estrategia para justificar la precariedad de la respuesta de las autoridades de Roraima ante la crisis migratoria.

En el año 2018, en el contexto de la elección presidencial, la expresión “vá a Venezuela” asumió protagonismo en el debate popular entre los ciudadanos favorables al entonces candidato Jair Bolsonaro, saliendo del espectro político electoral y ganando fuerza, principalmente, en fuentes alternativas de información. Se crearon numerosos periódicos en línea (blogs) que difundían desinformación y contribuyeron a fomentar la xenofobia contra la población venezolana en el estado de Roraima.

La percepción en Roraima sobre la llegada de venezolanos también está marcada por una serie de noticias falsas. Algunos dicen que Maduro liberó a cientos de presos en Venezuela porque ya no podía alimentarlos en la cárcel,

[...] en la radio local, escuché a un locutor explicar que era una noticia falsa el rumor de que el gobierno brasileño concedería a los venezolanos el derecho a votar en las próximas elecciones. Páginas de internet, como “Roraima Sem Censura”, mezclan la promoción de discursos de odio, noticias falsas inflamatorias y racismo contra los venezolanos con una plataforma pro-Bolsonaro. (Zuker, 2018, s.p).

Como bien se presenta en la investigación de Da Silva (2020), las noticias falsas contra la población venezolana tuvieron un impacto directo en actos de violencia de la población brasileña contra los migrantes e influyeron en la construcción del imaginario nacional respecto a las condiciones en que estas personas llegaban a Brasil, generando dudas sobre sus verdaderas motivaciones para migrar. Es importante señalar que, en ese primer momento, incluso las organizaciones de la sociedad civil que trabajaban en el proceso de acogida de los venezolanos fueron víctimas de desinformación y sufrieron episodios de violencia. Otro factor detonante que fomentó la idea de amenaza en relación con la imagen del venezolano fue la forma en que se redactaron los decretos de actuación de los gobiernos, ya que

[...] la repetición de las expresiones “emergencia” y “crisis” en el texto del decreto indica un discurso de desastre y amenaza que requiere la toma de decisiones urgentes [...], la construcción de la retórica de emergencia y crisis, creada por agentes públicos y políticos con el fin de requerir recursos logísticos y financieros del gobierno federal y, sistemáticamente, reforzada por los medios de comunicación, contribuyó a la difusión de actos violentos y una ola de xenofobia en medio de un escenario de caos ya instaurado en Pacaraima y en otros municipios de Roraima. (Da Silva, 2020, p. 2129).

Otro agravante de la condición comunicacional de los migrantes en Roraima es la existencia de un cruce de datos. Según un estudio realizado por ACNUR y la OIM en 2019, la situación de la población venezolana en Roraima en cuanto al tema era, en cierta medida, positiva. Esto se debe a que los resultados encontrados en ese momento a través del Análisis Regional de Necesidades de Información y Comunicación indicaron que ⅔ de la población migrante tenía acceso a teléfonos móviles y que el 80% accedía a internet a través de distintos dispositivos. Sin embargo, en 2023, un estudio publicado por Cogo, Camargo y Generali, a partir de la observación de la rutina en ocho centros de acogida de migrantes en Roraima entre los años 2018 y 2020, señaló que había dificultades para acceder a la información y a la comunicación debido a la escasez de recursos en estos espacios y que, por ello, la población migrante desarrolló estrategias alternativas para obtener información mediante el uso compartido de teléfonos y contribuciones colectivas para pagar planes de internet, ya que la banda ancha de los centros era de uso exclusivo para los empleados.

[...] es necesario enfatizar que este modelo de comunicación, además de marcar asimetrías y desigualdades en el acceso/uso de tecnologías, normaliza una lógica de vigilancia y control del tránsito y estado de los migrantes, quienes, al final, permanecieron marginados mientras buscaban oportunidades para mejores condiciones de vida. En el ámbito del debate sobre la comunicación como derecho, la participación de los refugiados en la producción y consumo de información y comunicación es una forma de enfrentar las desigualdades y ejercer la ciudadanía, por lo que el debate es fundamental. (Cogo et al., 2023 citado en Matta y Raiol, 2023, s.p.)

Esta condición de vulnerabilidad vivida por los venezolanos es el resultado de un proceso de exclusión sistematizado no solo por la condición de migrante, sino también por el hecho de haber migrado a territorios que son clasificados como desiertos de noticias. Los datos presentados por Cogo et al. (2023) se confirman cuando se correlacionan con la información del Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor, que indica que la región Norte de Brasil es la más precaria en cuanto al acceso a internet. En cuanto específicamente al estado de Roraima, este territorio convive con una rutina de apagones eléctricos y caída de conectividad. Entre enero y agosto de 2024, el estado experimentó inestabilidad en la conexión a internet al menos 16 veces (G1 RR, 2024).

Las condiciones en el proceso de pre-migración, es decir, en Venezuela, tampoco son tan diferentes de las que se encuentran en Brasil. La crisis de gobernabilidad y la fragmentación social son dos factores de riesgo que inciden directamente sobre el ejercicio de la ciudadanía a partir de la falibilidad de un Estado para ejercer su Responsabilidad al Proteger. Las décadas de crisis económica, política y social en Venezuela contribuyeron a la construcción de diversas brechas institucionales que impactan cotidianamente el acceso a información de calidad por parte de la población local. Como señala la ONG Medianálisis (citado en Diálogo Américas, 2023, n.p.):

[...] Venezuela tiene un ecosistema informativo restringido, con medios de comunicación cerrados y otros bloqueados en la esfera digital [...] Podríamos decir que Venezuela vive en una 'fakecracia', ya que hay mentiras en el discurso público de las autoridades, que se suman al poco acceso a la información pública sobre asuntos fundamentales para los ciudadanos, como el gasto público y la situación epidemiológica.

La crisis de gobernabilidad en el Estado venezolano conformó una estructura que puede ser clasificada como autoritaria, en el sentido de que hay un filtro en la información que llega a la población, así como una búsqueda por crear una narrativa sobre la realidad que fomente la antipatía hacia la comunidad internacional y condiciona el ejercicio de la ciudadanía a una aceptación acrítica de las acciones gubernamentales. Según el Atlas del Silencio (2023), organizado por el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela, el 21% de la población del país (7.245.427 venezolanos, en número absoluto) vive en lugares denominados desiertos de noticias, que son territorios en los cuales el acceso a la información se considera insatisfactorio. Estos territorios están ubicados en municipios medianos (74) y pequeños (40), destacándose los estados de Táchira (28), Zulia (19) y Sucre (14), que, según el Instituto, son los territorios con mayor aridez informativa, es decir, menos propicios para la difusión de información. Además, también se reveló que los principales medios de acceso a la información son la radio (84,38%) y las redes sociales (71,51%), mientras que la televisión (43,84%) y los periódicos impresos (26,58%) tienen menor número de usuarios.

Es importante aclarar que esta realidad impacta directamente en el ejercicio del derecho humano de migrar de forma segura. Según un estudio realizado por Cáritas Brasil y Cáritas Ecuador en 2020, el 66% de los entrevistados de origen venezolano dijeron que viajaban hacia Brasil y Ecuador sin acceso a información, y solo el 34% indicó haber recibido información sobre el proceso migratorio y sus destinos antes de iniciar el desplazamiento, lo que garantizó que el flujo fuera más seguro (Cáritas Brasileira, 2021).

El reconocimiento de la necesidad de tener información antes de iniciar el desplazamiento, aunque este sea forzado, y que esto sea un factor determinante en la realización de una migración segura, es reconocido por diferentes autoridades en el tema, como Cristina dos Anjos, Asesora de Cáritas Brasil para Migración Internacional, quien señala: “[...] vienen sin saber lo suficiente sobre lo que van a encontrar. Y cuando llegan al país, realmente tienen pocas referencias, pocas posibilidades de organizarse, de dónde buscar información, para conocer sus derechos” (Cáritas Brasileira, 2021).

El objetivo al presentar la situación en Venezuela no fue indicar esta condición como el único factor para la migración, sino subrayar la relación intrínseca entre la fragilidad de la gobernabilidad y la consiguiente fragmentación social como riesgos directamente relacionados con la calidad y capacidad de una población determinada para acceder a la información, incluso para desplazarse hacia localidades que garanticen una mejor calidad en el proceso comunicacional. Lo que los datos presentados en estos estudios permiten verificar es que la población migrante venezolana, cuando se consideran los factores de riesgo relacionados con la limitación del acceso a la información y el alfabetismo mediático y digital en el proceso migratorio, está en una condición de extrema vulnerabilidad, ya que los migrantes se desplazan entre cuellos de botella con déficits informacionales, y dependen del desarrollo de estrategias entre ellos para romper los estigmas sociales de la xenofobia, así como conocer sus derechos para un proceso de integración y acogida social seguro.

5. El Analfabetismo Mediático y Digital en la comunidad migrante venezolana en Roraima: primeras aproximaciones

La situación del acceso a la información para los migrantes en Roraima está impactada por una infraestructura de conectividad limitada y por la burocratización en el acceso, lo que convierte al estado en un "desierto de noticias" (Atlas, 2023). Este escenario limita el acceso a la información y, como consecuencia, el ejercicio pleno de la ciudadanía por parte de la población migrante. Como se pudo desprender de la revisión documental y bibliográfica, diferentes actores contribuyen a esta disparidad: el poder público, con inversiones insuficientes en la regularización del suministro de internet; las instituciones de acogida, que ofrecen pocas alternativas comunicacionales; y los medios de comunicación locales, que en muchos casos refuerzan visiones restrictivas y xenofóbicas sobre la migración.

A pesar de estas condiciones, actualmente se han articulado algunas iniciativas de alfabetización mediática y digital en el estado, como el Programa de Conectividad del Gobierno Federal de 2023, que tiene como objetivo expandir el acceso a internet en las escuelas y la Política de Educación Digital aprobada en Roraima en 2023, orientada al uso seguro de internet y a la promoción de la alfabetización digital. En 2018, el Ministerio Público del Trabajo, en colaboración con la Universidad Estatal de Roraima, promovió una campaña radial contra la xenofobia. En esa época, otras instituciones también buscaron tener algún tipo de incidencia en el fortalecimiento del acceso a la información para la población migrante, como la aplicación OKA, lanzada en 2019 por el Instituto Igarapé, que proporciona información útil en cuatro idiomas y también permite acceso sin conexión; el Punto de Información y Conectividad inaugurado por la Cruz Roja y el ACNUR, que ofreció Wi-Fi gratuito para los migrantes venezolanos; y la Capacitación en Periodismo Humanitario, promovida por la OIM y el ACNUR en 2022, para capacitar a asesores de comunicación locales.

Sin embargo, a pesar de estas iniciativas, persisten desafíos significativos: muchos migrantes vendieron sus teléfonos móviles para financiar el viaje, y aquellos que tienen dispositivos enfrentan limitaciones de almacenamiento y conectividad (MigraMundo, 2019). Incluso en los albergues con Wi-Fi, el acceso es restringido y la red 4G disponible en Pacaraima no satisface la demanda. Además, las nuevas tecnologías traen riesgos, ya que la recolección inadecuada de datos puede exponer a los migrantes al rastreo gubernamental, ataques xenofóbicos y desinformación, aumentando su vulnerabilidad frente a redes de trata de personas (MigraMundo, 2019). Estos hallazgos pueden sintetizarse de la siguiente manera:

Cuadro 1. T Síntesis de los hallazgos sobre la fragilidad comunicacional de la población migrante en Roraima

DIMENSIÓN	SITUACIÓN ACTUAL MAPEADA
Acceso a la Información	Roraima es clasificado como un "desierto de noticias" (Atlas, 2023), con infraestructura de conectividad limitada y barreras burocráticas que dificultan el acceso de los migrantes.
Ciudadanía e Inclusión	La falta de acceso adecuado a la información perjudica el ejercicio de la ciudadanía por parte de los migrantes, reduciendo su empoderamiento y conocimiento sobre derechos y servicios locales. La desinformación, en muchos casos difundida por el Estado y los medios de comunicación, impacta directamente en las dificultades de inclusión social y en la exacerbación de eventos xenofóbicos dirigidos a esta población.
Principales Actores y Desafíos	Poder Público: Bajo nivel de inversión para proporcionar internet accesible y de calidad. Instituciones de Acogida: Limitadas en recursos para la difusión de disponibilidad y conectividad. Medios de Comunicación: Locales: Promueven visiones xenófobas y restrictivas, alineadas con ideologías políticas. Nacionales: Cobertura limitada sobre migración en Roraima, con pocas acciones contra la desinformación.
Iniciativas de Alfabetización Mediática y Digital	Programa Nacional de Conectividad (2023): Expansión del acceso a internet en 574 escuelas del estado. Política Estatal de Educación Digital (2023): Promueve la alfabetización digital y el uso seguro de internet en las escuelas. Aplicativo OKA (2019): Proporciona información sobre servicios públicos en cuatro idiomas, con acceso offline.
Desafios Persistentes	Dispositivos: Muchos migrantes vendieron sus teléfonos para financiar el viaje; aquellos que tienen dispositivos enfrentan limitaciones de almacenamiento y uso compartido. Internet: Wi-Fi en refugios y conexión 4G en Pacaraima son insuficientes para la demanda. Seguridad de Datos: Vulnerabilidad a rastreo, ataques xenofóbicos y desinformación, además de riesgos como el tráfico de personas.

Fuente: Los autores, 2024.

Esta investigación preliminar plantea una serie de reflexiones sobre la interlocución entre la Alfabetización Mediática y Digital y los contextos migratorios. En particular, resalta que la población migrante venezolana en Roraima enfrenta desafíos complejos, incluyendo una infraestructura de conectividad inadecuada y la escasez de información de calidad. Esta situación, caracterizada por el desierto de noticias (Atlas, 2023), compromete no solo el acceso a la información, sino también la capacidad de los migrantes para ejercer su ciudadanía y acceder a servicios esenciales.

6. Consideraciones Finales

Como se evidencia en esta investigación, es latente la necesidad de avanzar en el desarrollo de estudios que correlacionen los factores que inciden sobre el analfabetismo digital en contextos de subalternización y precarización del ejercicio de la ciudadanía. A lo largo de la revisión bibliográfica fue posible identificar que son pocos los estudiosos que abordan la temática desde una perspectiva crítica sobre los instrumentos e infraestructura disponibles de manera desigual para diferentes grupos sociales en un mismo territorio. Por otro lado, aquellos que han iniciado sus investigaciones sobre el tema en contextos migratorios, en muchos casos, desconsideran la ausencia del poder decisional experimentado por las poblaciones en desplazamientos forzados.

De esta manera, al tratar específicamente las desigualdades de acceso a la información vividas por individuos que cruzan, forzadamente, territorios clasificados como desiertos informacionales y de noticias, se pudieron identificar matices en los tratamientos diferenciales en términos de fomento del alfabetismo e inclusión digitales, así como la incidencia del ejercicio de la ciudadanía en los procesos comunicacionales. Los actores con responsabilidad directa en la mitigación de estas condiciones no son solo aquellos vinculados al poder público, sino también los medios de comunicación que inciden directamente en la construcción de la opinión pública y en las disponibilidades sociales de inclusión y/o exclusión social y digital.

Para enfrentar estos desafíos y promover una inclusión efectiva, se proponen dos recomendaciones clave:

a) Educación y conectividad para mitigar los desiertos informacionales: integrar políticas públicas para ampliar la conectividad y promover la educación digital, con inversiones en infraestructura de internet de calidad en Roraima. Ofrecer programas de alfabetización mediática para que los migrantes puedan acceder e interpretar la información de manera crítica, reduciendo el impacto del desierto de noticias.

b) Alianzas locales para alfabetización mediática: fortalecer alianzas con organizaciones de la sociedad civil, instituciones educativas y medios locales para crear espacios de aprendizaje y diálogo. Incentivar a los medios de comunicación a divulgar narrativas inclusivas sobre la migración, promoviendo una visión más equilibrada sobre los migrantes en Roraima.

Estas acciones no solo fortalecerán la capacidad de los migrantes para insertarse activamente en la sociedad, sino que también promoverán un ambiente informativo más accesible y diversificado, fundamental para el ejercicio pleno de la ciudadanía. Al unir esfuerzos en la promoción de la conectividad y la educación digital, Roraima puede transformar el desafío del desierto de noticias en una oportunidad para construir una comunidad más inclusiva y bien informada. De este modo, se espera que este artículo sea una fuente de contribución a esta agenda, así como un incentivo para la articulación y el desarrollo de estudios y propuestas políticas en torno a una visión más amplia y crítica sobre el ejercicio de la ciudadanía de las personas desplazadas forzosamente, a través del fomento a una comunicación democrática.

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1. 1 Es importante aclarar que la idea de alfabetismo digital trabajada en esta investigación parte de la comprensión de que este fenómeno es el resultado de un proceso sistemático y estructural de exclusión digital, experimentado por determinados grupos poblacionales en correlación con sus condiciones socioeconómicas y la infraestructura de los territorios en los que se encuentran. Es decir, no es un proceso que implique una elección del individuo de no acceder a determinadas herramientas, sino un flujo exógeno de factores que le impide adquirir dicho conocimiento.